Comer carne provoca adicción
El Anómalo daba cuenta de una tira de carne con patatas y chimichurri y cada vez su rostro mostraba una mayor relajación en un avance imparable hacia la felicidad. Quien escribe esto había compartido con su hermano un hermoso chuletón de ternera vuelta y vuelta, medio kilo de sangrante carne por cabeza. No sentíamos bien.
Nuestros cerebros habían reaccionado felizmente a la satisfacción de dos necesidades: la de comer y la de carne. Al morir un animal, el que sea, su cuerpo pasa a ser pasto de las bacterias. Su acción provoca la aparición de sustancias parecidas a los alcaloides (lo que coloca de las plantas). La mayoría de estas sustancias, como la cadaverina, contienen compuestos que provocan adicción y que en grandes cantidades pueden provocar intoxicaciones. Esto es particularmente cierto con carnes como la humana y, por lo experimentado hoy, con el vacuno, aunque, en mi opinión, el Anómalo ha estropeado la droga al pedirla "muy pasada", animal.
Doy fe del buen diente de mi co-blogger y el Her-mago.
ResponderEliminarPero a mí me gusta bien pasadita, qué le vamos a hacer.
Crimen, Anómalo. Yo la pido siempre "que se queje la vaca".
ResponderEliminarY yo no sé si es la cadaverina, pero es verdad que uno se siente mejor persona después de un chuletoncio de esos...
Qué felina que eres, Gato.
ResponderEliminarMejor persona no sé, pero me da un sueño análogo a otras situaciones, oiga.