Conocimientos que no sirven para nada

martes, julio 24, 2007

Y un saludo a los de Echelon, que me estarán oyendo

Existe el mito de que las grandes agencias de inteligencia del mundo comprueban cada mail que enviamos para interceptar las comunicaciones entre terroristas.
Solo que no es un mito.
Efectivamente, los conspiranoicos y los fanáticos de 1984 (la novela de George Orwell, no el año lleno de hombreras) no andan muy desencaminados cuando nos advierten de que un Gran Hermano nos vigila: se llama Echelon y es peor que cualquier portera del planeta.
Se sabe poco acerca de ella, lo justo para que su existencia bascule constantemente entre el mito y la realidad. Por ejemplo, su funcionamiento y alcance es materia de especulación, pero podría tener capacidad para "escuchar" todo tipo de comunicaciones electrónicas: fax, teléfono, e-mail, etc. Esto le permitiría procesar del orden de 3.000 millones de comunicaciones diarias.
La red Echelon está formada por estaciones de Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, aunque su tamaño, ubicación y organización concreta no están constatados. Hay quien dice que cuenta con 38.000 empleados en total y quien estima que sólo en Maryland tiene 10.000.
En esencia, Echelon es una compleja red informática que busca "palabras sensibles" en los envíos de información. Por ejemplo, si ustedes y yo intercambiáramos un mail sin cifrar en el que me dijeran: "a ver si te afeitas, tío cerdo, que pareces Ben Laden", Echelon detectaría la referencia al líder de Al Qaeda y enviaría el correo a un filtro superior, que en este caso lo desecharía. Si las menciones a Osama se repitieran con cierta frecuencia, Echelon nos haría seguir por la parte humana del proyecto. En este caso, mi madre armada con una gillette.

Echelon no sé, pero el buscador de imágenes de Google es un fiera: solo puse "gillette".

Se supone que Echelon ha ido evolucionando desde un sistema de control de la URSS, durante la Guerra Fría, hasta su actual forma, que fue desvelada como tal en 1988 por el periodista Duncan Campbell. La misión actual de la red sería la de atajar la actividad terrorista y del narcotráfico antes de que se produzca. La polémica salta cuando se acusa a los gobiernos implicados de practicar espionaje industrial con esta herramienta. Y el espionaje entre potencias aliadas. Y a los propios ciudadanos. Vamos, que no usan Echelon para leer los diarios de las niñas cursis porque... porque... hum... ¿qué nos hace pensar que no lo hagan?
Los conspiranoicos y los simples defensores de los derechos civiles, proponen reventar el sistema incluyendo en todos los envíos un listado de palabras sensibles que lleven a la saturación del sistema. Yo, por si acaso: bomba, Bush, revolución, botijo.
Para el que crea que se ha equivocado de página y/o que soy Fríker Jiménez disfrazado, la existencia de Echelon parece más que probada con el informe al respecto publicado por el Parlamento Europeo en 2001. En el se recomienda a los ciudadanos de la Unión que cifren todas sus comunicaciones electrónicas. Piyo piya pilo pihapigo.
Desde entonces, la Unión se ha gastado hasta 11 millones de euros en desarrollar un sistema de codificación que Echelon no pueda descifrar. El mío es más barato, pero yo es que no tengo que justificar un presupuesto.

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lunes, julio 16, 2007

Microtus arvalis asturianus

Aunque parezca raro el Microtus arvalis asturianus no es de Asturias. El topillo campesino, como vulgarmente se conoce a esta criatura, tampoco es un topo. Es pequeño y simpático roedor que puebla los campos mesetarios. Ahora mismo, en la submeseta norte se libra una guerra.

La vida del topillo es dura. En la cuenca del Duero hace frío. Sin embargo, ellos son voluntariosos. En el escaso año que dura su existencia se dedican afonsamente a la procreación. Para ellos no hay periodo de cría, cual Paris Hilton, su celo dura todo el año. A las dos semanas de nacer salen de la madriguera y tras una breve adolescencia de dos semanas, se lanzan a criar y a criar y a criar. La gestación dura veinte días y de cada hembra pueden salir hasta once crías de una vez.

Normalmente el invierno, las lechuzas y las comadrejas se bastan para dejar la población entre cinco y diez topillos por hectárea. Sin embargo, cuando el invierno es húmedo y las heladas se hacen esperar, estos ratoncitos tienen fácil hacer madrigueras, no pasan frío y viven bien. Entonces la población se llega a multiplicar por veinte y ya estamos, plaga de topillos.


Ahora mismo los topillos invaden Castilla. Los agricultores castellanos, esos seres subvencionados por la Unión Europea les han declarado la guerra. Para ello cuentan con la ayuda de la Junta de Castilla y León. Primero optaron por envenenarlos. Así que dejaron veneno desperdigado por el monte. Como los topillos viven en galerías quienes se morían eran las cigüeñas y demás aves que no eran una plaga. Tras semejante torpeza han empezado las medidas drásticas: gasar topillos con butano, quema de rastrojos, inundación de madrigueras. Tantos topillos han matado que han llegado a atascar las acequias de riego con cadáveres de topillos. Ahora los agricultores se están contagiando de turalemia: enfermedad que trasmiten los cadáveres de los topillos.

Desde Conocimientosquenosirvenparanada (bueno, lo digo yo de forma unilateral) exigimos que cese la matanza de topillos. Que son una plaga, vale, pero visto el resultado parece más sensato dejar que entre las águilas, los cuervos, las lechuzas, zorros, algún gato despistado y otros animalitos. ¡Vivan los topillos!

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jueves, julio 12, 2007

Samurais de Ohio

Hace años, los jóvenes españoles fingíamos ver Campeones, VIP Guay y La Merienda. Pero lo único que hacíamos en realidad era esperar las pausas publicitarias para ver los anuncios. Concretamente, para ver este anuncio:

Unos cuchillos que "pueden cortar un clavo... ¡y siguen cortando así de bien!" Conocimientos que no sirven para nada, sección Desmitificando que es gerundio revelará grandes misterios sobre los míticos cuchillos. Si quieres seguir teniendo infancia, ¡no sigas leyendo! Tampoco veas ahora El equipo A, que se le nota la calva falsa al doble de M.A.

La historia del Ginsu no comienza en la época kamakura del Japón medieval, como todos creíamos, sino en Fremont, Ohio. Originalmente estos fantásticos cuchillos de acero y carbono se llamaban Eversharp, denominación con la que no se comían un colín. Scott Fetzer, el dueño de la marca, dejó el tema del marketing a los profesionales. Así los Evershap cayeron (metafóricamente) sobre el equipo de Dial Media: Ed Valenti, Barry Becher y Arthur Schiff, el inventor del nombre Ginsu. Como los americanos siempre son unos flipaos para estas cosas, Schiff siempre explicó que el nombre le vino en un sueño, con la idea de darle un aire exótico al producto. "Ginsu", de hecho, no signficia nada. Y el cocinero japonés del anuncio es un estudiante de intercambio de Ohio. ¿Ven como nuestra infancia es mentira?

Dial Media cambió la forma de hacer marketing: aceptaban tarjetas de crédito, no cobraban por la llamada y por sus frases impactantes y su tendencia a hacer el burro con los productos que anunciaba. Porque lo de cortar ¡zapatos! con el cuchillo... Aunque tengo un profesor de Análisis que diría que es una clara referencia a Chaplin, vaya usted a saber. En cualquier caso, no es raro que nos enganchemos a la teletienda tras una noche de juerga con frases como:

En Japón, la mano puede usarse como un cuchillo... ¡pero no puede cortar un tomate!

¿Cuánto pagaría por un cuchillo así? No conteste todavía, porque...

Y claro, te ofrecían unos cuchillos de carne que cortaban los solomillos como si fueran mantequilla. De hecho yo tengo unos cuchillos que cortan la mantequilla como si fuera un solomillo, pero esa es otra historia.

Por supuesto, Ginsu sigue en venta. ¿Qué digo en venta? Si te los compraste en los 80, ¡siguen en garantía!

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domingo, julio 08, 2007

La cheira del filósofo

Si hay un concepto atractivo en filosofía (¿?), más allá de las mónadas (¿¿??) es el de la navaja de Occam u Ockham, enunciada así por Guillermo de Occam en el siglo XIV:

Entia non sunt multiplicanda praeter necessitatem

Dicho de otra manera, vamos, en castellano:

Los entes no deben multiplicarse más allá de lo necesario

Esta frase enuncia lo que se conoce como el principio de simplicidad o parsimonia: a igualdad de condiciones, la explicación más sencilla es la que vale.
Un ejemplo tan práctico como real: a Iker Jiménez le mandan una foto en la que se ve de fondo la sombra de un monje. Iker plantea dos posibles explicaciones: que se trate de un fenómeno paranormal o que fuera del encuadre de la foto haya un monje que proyecte su sombra dentro de la zona retratada. Aplicando la navaja de Occam, la segunda explicación es la válida. Aplicando la lógica de Fríker, siempre nos quedará la duda. Lo que no entiendo yo es por qué el tipo que hizo la foto no miró a ver si había un monje.
El principio de simplicidad puede rastrearse en versiones primitivas en la obra de Aristóteles y de Tomás de Aquino. Versiones muy primitivas si teniendo en cuenta que se trata de un tipo que no encuentra explicaciones más sencillas que la existencia de un ser todopoderoso para explicar ciertos fenómenos.

¿Por qué una navaja?

Siempre me he preguntado por qué un principio filosófico y científico tiene nombre de arma blanca. Viendo el retrato de Guillermo de Occam, cabe imaginar la siguiente escena:

Fray Guillermo: Os digo que no existe nada como los llamados universales.
Rival papista: Mas yo afirmo que son necesarios para explicar el mundo.
Fray Guillermo: ¡Lo particular sirve para explicar lo real!
Rival papista: ¡Que no!
Fray Guillermo: Pues como no me deis la razón, os rajo.
Rival papista: ¡Maldición! Blandís vuestra navaja. En tal caso, la explicación más sencilla es la verdadera, sin duda.

No hay constancia documental de esta escena y la denominación "navaja de Occam" no aparece hasta 1852, en los escritos del matemático William Rowan Hamilton. Parece ser que éste haría referencia a la cuchilla que los amanuenses del medievo usaban para eliminar los excesos de tinta en los manuscritos, al igual que fray Guillermo elimina los entes innecesarios en las explicaciones.
El principio de parsimonia dice claramente que la explicación más sencilla es la que vale a igualdad de condiciones. Es decir, que si hay dos teorías que sirven para explicar un fenómeno y no hay datos que den mayor validez a una sobre otra, tomaremos como válida la más sencilla.
Aplicando este principio a las posibles explicaciones sobre su denominación como "navaja", la respuesta está clara: Occam era de Carabanchel.

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martes, julio 03, 2007

Bugs Bunny no era alérgico a la zanahoria

Y Mel Blanc, el hombre que le prestaba la voz, tampoco. Existe la leyenda urbana de que lo era, pero lo que ocurría en realidad es que simplemente no le gustaba su sabor. Lo malo es que su personaje más carismático puntuaba sus diálogos royendo zanahorias, lo que obligaba a Blanc a hacer lo propio. Probaron con otros vegetales, pero no no sonaban igual. Así que el hobmre de las mil voces, como se conocía a Mel Blanc, tenía siempre a mano una escupidera durante la grabación para no tener que tragar. Sí: muchas actrices de otro género hacen lo mismo...
Lejos de poner en peligro su vida haciéndole comer algo a lo que era alérgico, Bugs Bunny salvó la vida de Mel Blanc. Al menos eso dice él. Blanc tuvo un accidente que le sumió en coma durante tres semanas. Los médicos trataban de recuperarle, pero todo parecía fútil hasta que un galeno, inspirado, le saludó con un: “¿qué hay de nuevo, Bugs Bunny?”, al que al actor respondió con la voz del famoso conejo. Por supuesto, todo esto según las declaraciones del propio Blanc.
A Mel Blanc se le conoce como el hombre de las mil voces por la cantidad de personajes interpretados a lo largo de su carrera. Muchas veces en la misma pieza de radio, cine o televisión. Entre los más conocidos: Bugs Bunny, Piolín, el pato Lucas, Silvestre, Porky, el Pájarlo Loco, el Coyote, el Correcaminos, Pepe le Puf, Sam, Marvin el Marciano, Speedy González, Elmer, Taz, Dino, Pablo Mármol, Capitán Cavernícola o Isidoro.
El epitafio de Mel, como puede verse en la imagen, es de los pocos que no son leyenda urbana. El texto, evidentemente: “¡eso es todo, amigos!”.

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