Conocimientos que no sirven para nada

lunes, junio 25, 2007

El anarroseo hecho arte

Ustedes conocen la canción, aunque puede que no el impagable vídeo (como todos los de Papá Invisible):


Sin embargo, sólo se llevará los tres gallifantes en juego el que reconozca el original (no vale, que ya sé que el reproductor pone el título):


Lo mejor no es que Atrapado por el Blues de Memphis sea una versión (aligerada) de Stuck inside of Mobile with the Memphis Blues de Bob Dylan. Lo mejor es que Kiko Veneno se coge una una estrofa como:
Now the senator came down here
Showing ev'ryone his gun,
Handing out free tickets
To the wedding of his son.
An' me, I nearly got busted
An' wouldn't it be my luck
To get caught without a ticket
And be discovered beneath a truck.
Oh, Mama, can this really be the end,
To be stuck inside of Mobile
With the Memphis blues again.

Y, con una escrupulosa traducción literal, la trasforma en:
El senador ha llegado enseñando la pistola
mañana se casa mi hijo todo el mundo está invitado a la boda
con el bajío que yo tengo todo lo malo a mí me pasa
si voy seguro me cogen de marrón debajo de un camión y sin entrada.
Oh mama esto puede ser el fin. Esto puede ser el fin.
Atascado con el blues de Memphis sin poder salir.
Me quito el cráneo, oiga.

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domingo, junio 17, 2007

Más quemao que la oreja de Nicky Lauda

Hace tiempo que me preguntaron por qué se decía quemarse "a lo bonzo". Claro que me lo preguntaron con un mechero en la mano y no me di cuenta de que desconocía la respuesta hasta que paré de correr, un par de meses después.
Según Wikipedia, a la que hoy fusilo vilmente, viene de los bonzos. Y se queda tan ancha.
No, bueno, los bonzos, explica, son unos monjes budistas de la zona del budismo. Uno de ellos, Thich Quang Duc se quemó vivo el 11 de junio de 1963 en Saigón como forma de protesta política por la opresión que su orden sufría por orden del primer ministro Ngo Dinh Diem.
El tipo, que debía ser del pueblo de Gila, no hizo ni un sólo gesto ni emitió un sólo sonido que demostrara dolor.
Después de que muriera, sus compañeros intentaron incinerar su corazón, lo que no sé muy bien cómo interpretar. El órgano permaneció intacto, por lo que fue puesto confiado al Banco Nacional de Vietnam.
Y ahora dejo en sus manos los chistes en torno a "tenía un corazón de oro".

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jueves, junio 14, 2007

No me llames pirata, llámame...

Imagínese que se dedica usted a la honrada cría de avestruces y que tiene un amigo cuyo empleo consiste en la denegación sistemática de créditos personales e hipotecas en una sucursal cercana a su casa. Seguramente, se sentiría usted fatal si la gente le señalara por la calle diciendo: "mira, ahí va ese banquero". Pues esta injusticia histórica se comete desde hace cuatro siglos con el colectivo de bucaneros.
Bucán es, en los dialectos precolombinos de las Antillas, el instrumento en forma de rejilla o trama de madera que se usa para ahumar la carne. El bucanero era el cazador que se dedicaba a vender carne ahumada a los barcos que surcaban el mar Caribe. Desarrollaban su actividad en la actual Haití (La Española de la era de los descubrimientos).

No me digan: yo he puesto en google "bucaneros" y me ha salido esto...

Su actividad económica se vio... tocada con la extinción de los cerdos y vacas salvajes en los que se basaba. Extinción provocada por los españoles (¿españoles comiendo cerdo? Dónde vamos a parar...).
Los bucaneros se mudaron en masa a la no-tan-mítica isla de la Tortuga, entonces bajo pabellón francés. Imagínense a qué se dedicaron a partir de entonces: a hacer la puñeta a los españoles y dedicarse a la piratería, aliados con los filibusteros locales. Vamos, a volcarnos los barcos.
Otra confusión típica se da entre pirata y corsario, que es como llamar a un asaltador "guardia civil", pero esa es otra historia y será contada en otro momento...

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jueves, junio 07, 2007

La importancia de llamarse Juan Fernández

Uno de los ejemplos más claros de autoestima histórica es el de Juan Fernández, explorador español del siglo XVI y descubridor del archipiélago... ¿lo adivinan? ¡Juan Fernández! Estamos investigando* su posible vinculación genalógica con Javier Marías. Que si te llamas Jeremy Galápagos o Azucena Baleares, es normal que le pongas tu nombre a tus descubrimientos, pero hay que estar seguro de uno mismo para llamar a un territorio nuevo archipiélago Juan Fernández. Aunque también es posible que el diálogo entre Fernández, el Zapp Brannigan hispano, y el geógrafo de guardia fuera algo así:

- Hola, que vengo a registrar un archipiélago que acabo de descubrir.
- ¿Y cómo se llama?
- Juan Fernández.
- Er... no usted, sino el archipiélago.
- El archipiélago ¿qué?
- Que cómo se llama.
- Juan Fernández.
- ¿Quién?
- ¿Qué?

No queremos saber cómo se desarrolló el resto de la conversación, especialmente cuando se registraron los nombres de las islas principales: Más a tierra, Más afuera y Santa Clara. Lo reconozco, el nombre que más me extraña es el de Santa Clara.
Con el paso del tiempo, Más a tierra cambió su nombre por Robinson Crusoe y Más afuera pasó a llamarse Alexander Selkirk, nombre del marino escocés en el que se basó Daniel Defoe para su famosa novela. Ahora, adivinen: ¿en qué isla fue náufrago Selkirk? ¡Exacto! ¡En Robinson Crusoe!
Juan Fernández (el archipiélago, no el señor) fue descubierto en algún momento entre 1563 y 1575 (imaginen el pedo que debían llevar para poner esos nombres y no acordarse ni del año de descubrimiento). Está situado a 670 kilómetros de Chile, a la altura del puerto de San Antonio. Es Parque Nacional y Reserva de la Biosfera y en 2005 saltó a la "fama" cuando fue hallado el tesoro de Juan Fernández. Evidentemente, este tesoro fue enterrado en 1715 por un señor que no era Juan Fernández, sino Juan Esteban Ubilla y Echeverría. Se cree que el tesoro consta de 600 barriles de oro, pero yo creo que no, ya que el inglés Cornelius Webb lo desenterró y lo volvió a enterrar, con lo que no quiero ni pensar qué contienen los barriles en realidad.
Por cierto: no se sabe qué contiene porque la desidia y la burocracia impidieron que pudiera ser desenterrado. Estudios posteriores apuntan que a lo mejor tampoco está ahí.
Saben que siempre es así, pero no sé por qué, me veo obligado a subrayar que todo lo contado en este post es cierto.

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lunes, junio 04, 2007

Paul, más sabroso, no más rico

Corre por ahí la leyenda urbana de que Paul Newman se hizo rico no con sus amplias dotes interpretativas, sino vendiendo salsas para ensaladas.
Esta leyenda urbana es totalmente falsa. ¿Cómo un tipo como Paul Newman se va a hacer rico vendiendo salsas? Eso es estúpido: Paul ya era rico cuando empezó a vender salsas.
Efectivamente, Paul Newman tenía la afición de confeccionar aderezos para ensalada, que envasaba en botellas de vino para regalárselas a sus amigos. Efectivamente: Paul era una abuela en potencia.
En 1982, en lugar de ver el mundial como todo el mundo, el protagonista de El golpe decidió que podía convertir su afición en un negocio y creó Newman's Own, una marca de productos alimentarios con sus recetas como producto estelar. Y con su cara bien visible en todos los envases.
El negocio fue un éxito espectacular. Pero, como anuncia el título de este su humilde post, eso no hizo más rico a Paul Newman: todos los beneficios de la empresa (tras el pago de impuestos) se dedican a actividades caritativas. Lo que se estima que ha generado hasta ahora más de 200 millones de dólares.
La filosofía de todo esto es la "explotación circular": explotar la fama de Paul en beneficio de la comunidad. Para él, todo es un chiste que se le ha ido de las manos:

Lo embarazoso del asunto es que la salsa está mejorando la recaudación de mis películas.

Juntando la filosofía empresarial y el cachondeo del guapito, nos sale el lema de la firma: "explotación desvergonzada por el bien común".
Newman's Own tiene incluso una línea de productos orgánicos. Dudamos que la salsa Southwest incluída en unas ensaladas de McDonald's esté en esa categoría: imagina que vas al Mac y te plantan comida sana. Qué bajón.

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sábado, junio 02, 2007

Selección natural

Francis Bacon, Esquilo, Tycho Brahe, Horace Wells... ¿Qué tienen en común? ¿Ser grandes intelectuales? ¿Que la mayor parte de los graduados en la ESO no saben quiénes son? ¡No! Bueno, sí. Pero además, son grandes lumbreras que encontraron la muerte haciendo gala de no poca estupidez o absurda mala suerte.
Ticho Brahe, astrónomo que preparó el camino para que Newton enunciara sus leyes, era un gran bebedor. En cierta ocasión acudió a un banquete en el que volvió a demostrar que era una puta esponja, como era común. El problema fue que, en pleno siglo XVI, levantarse de la mesa antes de acabar de comer era un insulto y Brahe no había ido antes de sentarse. Típico caso de gran científico y madre negligente. El resultado final fue que su vejiga explotó y Brahe murió 11 días después.
El caso de Esquilo es peor. Ser el padre de la tragedia griega y acabar como un personaje de Hot Shots tiene que dar muy mal rollo. El pelón Esquilo murió cuando un águila dejó caer una tortuga sobre su monda cabeza, confundiéndola con una roca.
Por supuesto, hay más casos históricos. Pero si algo iguala a la Humanidad es la muerte. Y el odio a Ramoncín. Pero en cuanto a la muerte, también los personajes anónimos pueden abandonar este valle de lágrimas provocando la hilaridad del prójimo. Para premiar tal esfuerzo se han creado los Premios Darwin, un homenaje a aquellos que ayudan a la evolución de la especie quitándose de enmedio y/o imposibilitando su reproducción.
Los premios Darwin, instituidos por Wendy Northcutt, premian cada año las muertes más absurdas autoinfligidas de manera espectacular por los más torpes del planeta (que dejan paso así a nuevas generaciones de candidatos).
Ejemplos de premiados han sido:
  • El tipo que saltó de un avión para grabar acrobacias de caída libre... sin ponerse su paracaídas.
  • Un hombre que trataba de ver el interior del cañón de un arma cargada... iluminándose con un mechero.
  • Otro de mechero: se iluminó con él para comprobar si un depósito de combustible contenía o no material inflamable. Lo contenía.
  • Una pareja murió aspirando helio de un globo. El helio no es letal, salvo que lo uses como sustitutivo del oxígeno. Sus últimas palabras... sonaron como si las dijera un pitufo.
  • Un predicador estaba convencido de que con la fe suficiente podría caminar sobre el agua. Para demostrarlo, decidió bajarse de un ferry en marcha. O su hipótesis estaba equivocada o no tenía bastante fe. Tampoco hubiera sido mala idea aprender a nadar antes de intentarlo.
  • Es mala idea volar una cometa con un hilo de cobre cerca de unas líneas de alta tensión. Y si encima eres electricista, es una estupidez.
Los premios Darwin han dado lugar a varios libros e incluso una película:



Como dirían en el pueblo de Gila: "me habéis matado al hijo, pero lo que me he reído...".

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